Teletrabajo: privilegio de pocos

LUNA BRATTI

La pandemia trajo consigo una forma de realizar las actividades laborales que era virtualmente inexistente en Chile, llamada "teletrabajo". Esta opción fue una solución parcial para la situación laboral del país considerando el fuerte impacto que generaron el coronavirus y las cuarentenas. Durante el peak de la primera ronda de cuarentenas masivas llegó a haber 20% de los asalariados trabajando principalmente desde su propio hogar, cifra que era menor al 1% antes de la pandemia.

Sin embargo, en el más reciente estudio del OCEC-UDP mostramos que el teletrabajo no es una panacea, como a veces parece interpretarse entre la opinión pública, sino más bien un privilegio para un sector minoritario de la población. Un primer indicio de ello es que, del total de asalariados trabajando desde el hogar, cerca del 80% son individuos con educación superior completa. De esta manera, son los trabajadores más aventajados de la sociedad quienes fundamentalmente acceden a esta posibilidad. Ligado a esto, las ramas de actividad que presentan una mayor facilidad para realizar teletrabajo son Información y comunicaciones, Actividades financieras y de seguros, Actividades profesionales, y Enseñanza, las cuales, presentan altos niveles de requerimiento de educación superior.

Otro fenómeno muy relevante del teletrabajo es que las mujeres presentan una prevalencia considerablemente mayor que los hombres y una mayor probabilidad de ejercerlo en la práctica. Este resultado está altamente relacionado a la responsabilidad de las tareas del hogar que se les exige a las mujeres en el país, donde son ellas quienes soportan principalmente el tener que conciliar las responsabilidades laborales con las familiares.

Finalmente, el problema de centralización que vive Chile para distintas aristas está presente también en la composición de teletrabajo. Esto se ve reflejado en la probabilidad de teletrabajar, la cual es mayor a un 30% para los individuos que viven en la Región Metropolitana. Es así, como la educación, el lugar geográfico, la rama de actividad, entre otros factores, son determinantes claves para optar a teletrabajar, generando una preferencia o una mayor facilidad a dichos individuos.

Se ha escuchado mucho que el teletrabajo llegó para quedarse. Sin embargo, las cifras no lo demuestran: a medida que las políticas de distanciamiento y encierros se han relajado, los niveles de teletrabajo han ido a la baja también. Por ejemplo, para el último dato de empleo del trimestre móvil junio 2021-agosto 2021 se presenta una caída de dos puntos aproximadamente en comparación al trimestre anterior, y una caída de más de diez puntos en comparación al mismo trimestre del año anterior.

Por lo tanto, hay que dejar de pensar que el teletrabajo es la nueva realidad del mercado laboral y tener en mente que es una opción para pocos y va muy de la mano con las cuarentenas masivas vividas en Chile en el último período.